lunes, 14 de abril de 2014

¡SALUD Y REPÚBLICA!


La primavera siempre nos sorprende; de pronto, la vida sale a borbotones, un tapiz verde cubre el campo y la espectacular dehesa de la que estamos rodeados se muestra espectacular.
Y siempre en primavera, en un pueblecito cercano, Bernuy, escondido a la orilla del Tajo, una pedanía de Malpica; se celebra  desde hace  15 años esta efeméride. Atrae a republicanos de las poblaciones cercanas y de toda la provincia, se ondean banderas republicanas, se cocina una comida popular y se brinda por la III República, que a fin de cuentas es lo que importa, no se trata de nostalgia sino de  conseguir un nuevo tiempo político.
Una República en España, evidentemente no solucionaría los problemas, pero superaría un proceso en la historia contemporánea de España. Alemania, Italia, Francia, Portugal. Y una lista interminable de países son repúblicas. La monarquía  es un anacronismo histórico, son pocos los reinos que quedan en el mundo. En muchos casos, han sido los mismos ciudadanos los que han apoyado ese modelo, en nuestro país, como pasa con casi todo, nunca hemos podido opinar sobre cómo queríamos ser gobernados; o lo que es lo mismo no hemos podido decidir si queríamos un jefe del estado vitalicio (caso de la monarquía) o un presidente de la República, elegido democráticamente.
El 14 de abril, para los que soñamos con la República es siempre motivo de conmemoración. Hace unos años un compañero de trabajo, me preguntaba.
-Pero ¿qué conmemoráis en ese pueblo? ¡Si la II República fue un fracaso y además llevo al país a la Guerra Civil!
Es curioso ese planteamiento. En los últimos años, se escuchan muchos comentarios y análisis en los medios, en los periódicos, en la calle que lo plantean así. Es innegable que tras la II República vino una guerra, una guerra espantosa, el peor de los conflictos, una guerra fratricida, una guerra a muerte entre ideologías. Pero me niego a aceptar como verdadero que la causa de la guerra civil española fuera la proclamación de la II República. Tampoco comparto el relato que se ha extendido en los últimos tiempos por algunos defensores de la república de presentar la misma como un adalid de la democracia. La República fue víctima de su tiempo, del contexto internacional en el que se gesto su proyecto político, un tiempo de choque de ideologías extremas: fascismo y  comunismo.
No amigo mío, no solo conmemoramos la que fue una etapa de cambios importantes para nuestro país, tan grandes y profundos que se levantaron en armas contra ella. Por mucho que ahora quieran cambiar la historia los más recalcitrantes y sitúen el inicio de la guerra en la revolución de Asturias de 1934, los hechos históricos están ahí y son innegables.
No solo conmemoramos ese momento histórico, recordamos también a los que lucharon por ella,  y por defenderla, tras la guerra, se les  expulso de su tierra  y se les condeno al ostracismo y al olvido. Por no hablar de los que aún están esparcidos por fosas y cunetas. Una vergüenza que nos acompaña, ahora en el presente, en el año 2014, una herida que no se cerrará hasta que no se haga justicia con los vencidos.
El verdadero odio es el desinterés, y el asesinato perfecto es el olvido”.
Georges Bernanos

¡Salud y República!

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