martes, 11 de diciembre de 2012

FRANQUISMO SOCIOLÓGICO


¿Cuánto tiempo tarda una sociedad en sacudirse cuarenta años de dictadura? ¿Cuándo podremos mirar esos años tristes y oscuros de nuestra historia contemporánea sin implicaciones ideológicas?
¿Cómo entender la pasividad política de una gran mayoría? Cuando se acatan sin rechistar  las medidas más drásticas y sangrantes contra el bien común. Solo se puede entender el actual atentado brutal contra el Estado del Bienestar por la existencia del llamado Franquismo Sociológico. Las características de éste son: autocensura, servilismo y sometimiento voluntario y conformista a la autoridad.
El Franquismo sociológico es una cultura política de identificación con el régimen, asociándolo a la etapa del desarrollismo económico  en la que amplios sectores de la clase media se enriquecieron, hicieron negocios y como recuerdan a menudo “Con Franco vivíamos muy bien”. Una manera de entender los negocios, la empresa que nos lleva al modelo económico de la “Burbuja Inmobiliaria” o empresarios como “Díaz Ferrán”.
Donde se manifiesta más virulentamente esta justificación de este sistema totalitario es en los temas que tiene que ver con la Memoria Histórica.
Se han preferido olvidar los años del terror y la represión. Una de las represiones más duras que ha sufrido ningún país europeo.  ¿Cómo puede seguir dividiendo a la opinión pública el rescate del olvido y del silencio de las víctimas de esta brutal represión?  Por no hablar del exilio, drama humano insoportable para muchos españoles que pasaron décadas importantes de su vida sin poder volver a su país.
La ideología totalitaria del Franquismo aún se siente “o estás conmigo o estás contra mí”. Cada vez es más evidente el maquillaje centrista y la máscara de una derecha que es heredera de unas ideas políticas totalitarias, especialmente en los pueblos pequeños. No sólo no han pedido perdón a las víctimas, además  se incomodan y protestan cuando se les muestran  las vergüenzas que cometieron los suyos (o al menos así lo entienden) de esa época. En lugar de reflexionar sobre lo sucedido se toma como algo personal.
La herida de la guerra parece no cerrarse nunca. En los pequeños pueblos  persiste aún la división sociológica y política. ¿Se construye así una cultura de paz? No hablando de la historia difícilmente podremos avanzar en una verdadera cultura democrática.
 “El verdadero odio es el desinterés, y el asesinato perfecto es el olvido”                                                                         Georges Bernanos


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