El gobierno regional sigue avanzando imparable con su política de recortes. Son miles de historias personales las que se ven afectadas cada día. Unos porque no cobran, otros porque les desplazan de su puesto de trabajo. Ahora les toca a los niños del C.P Hernán Cortés.
No se sabe nada oficialmente, pero se intuye que el proyecto ha acabado. Basándose en la legitimidad que le dan las urnas y sin abrir ninguna posibilidad al diálogo y al consenso. El proyecto British, que lleva impartiéndose en nuestra ciudad desde el año 1996, con excelentes resultados está a punto de fallecer. Se llevan de un plumazo el trabajo de muchos profesionales que iniciaron con ilusión un proyecto educativo de calidad en la escuela pública. Una educación basada en la enseñanza del inglés que apostaba por formar a los alumnos en una lengua que se ha convertido en una herramienta fundamental en el siglo XXI.
Pero el colegio no es sólo el inglés, es también la apuesta por aglutinar a un buen numero de profesionales que han apostado por la calidad, por las nuevas tecnologías, por la formación integral del alumnado en todas las materias que forman el currículum de primaria. Es lamentable que todo este trabajo peligre por una decisión política.
Este proyecto apareció antes que la Consejería de Educación con el anterior equipo de gobierno implantara las Secciones Europeas, una apuesta por el bilingüismo en toda la región. Por supuesto que las Secciones están bien, es mejor que nada. El British se basaba en un convenio con el British Council que marcaba la diferencia. En lugar de extender este programa que ha demostrado su eficacia sobradamente se incorpora ahora el colegio a un nuevo estatus o especie de limbo del que aún no sabemos nada.
Los responsables, en Toledo, nunca han recibido a los padres, no nos han dado información. Nos ignoran con arrogancia cada vez que intentamos ejercer nuestros derechos como padres a informarnos. La dirección del colegio hace preguntas en Toledo que no obtienen respuesta.
A pesar de movilizarnos en septiembre y parte del año para conseguir los recursos humanos necesarios para que continúe un proyecto educativo de calidad que sin lugar a dudas enriquece nuestra ciudad. Y lo que es más grave, se paraliza un proyecto educativo en el que cientos de niños se verán afectados ya que ni siquiera se establece una transición hacía otro proyecto. No se sabe que pasará el año que viene. Oficialmente el British no ha desaparecido pero la administración no provee los recursos necesarios para llevarlo a cabo. Sintomático el hecho de que quién decide su destino ahora es "Recursos Humanos" y no "Calidad e innovación educativa". No se utilizan criterios pedagogicos en absoluto, únicamente económicos. El dogma del mercado. Criterios economicistas que a fin de cuentas se llevan por delante cientos de ilusiones, proyectos y esperanzas de nuestros pequeños. "El que quiera inglés que se lo pague".
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